Sólo hay cuatro provincias que en el caso de no existir una caja única de la seguridad social y el sistema funcionase con cajas territoriales se podrían autofinanciar; Madrid, Baleares, Las Palmas y Almería.
A ver, ya sabemos que este análisis no puede hacerse así, nuestro sistema de pensiones es de tipo “túnel”; las aportaciones de los actuales trabajadores sirven para pagar las pensiones de los que hicieron lo propio con anterioridad, y los próximos jubilados vivirán, viviremos, de las contribuciones de los trabajadores del futuro.
De estas provincias sostenibles, Almería tiene las claves de la sostenibilidad que son tres:
• Población muy rejuvenecida
• Elevada tasa de actividad; por cierto con una de las tasas más altas de inmigración
• Una de las provincias con las pensiones más bajas del estado
En ausencia de políticas de fomento de la natalidad, con las actuales tasas de paro, y ante la incapacidad de la clase política de llegar a un nuevo Pacto de Toledo, los nuevos pensionistas ven reducidas sus pensiones año a año. Como botón de muestra, en 2.017 en Euskadi la pensión media de los nuevos pensionistas es un 3% inferior a la que había en el año 2.016.
En este sentido, más de 350 expertos consultados por Pricewaterhouse Coopers (PwC) creen que al actual sistema le quedan diez años de vida y proponen trabajar en tres frentes:
• Considerar toda la vida laboral para el cálculo de las pensiones,
• Puesta en marcha de medidas fiscales adicionales que incentiven a la población a suscribir planes de pensiones privados como complemento de la pensión pública,
• Retrasar la edad de jubilación, al menos, hasta los 70 años, salvo en algunos sectores
Lo comentado muchas veces, asumir que se va a cobrar menos, ahorrar, y trabajar más años.
Asumiendo estos escenarios, es momento de abrir un debate social en el que habrá que restar protagonismo a los agentes sociales clásicos, y dar voz a profesionales y expertos que aporten propustas razonables, sostenibales y de lago plazo. No parece fácil pero habrá que intentarlo.